Todos los alumnos de Religión estábamos invitados a participar y a "romper la baraja del mundo" con todas sus propuestas de falsa felicidad, y convertirnos para poner nuestra vida en las manos de Dios.
Con un cirio prendimos fuego a las diferentes cartas de la baraja con todo lo que representaban:
· As de Oros: la tentación de creer que el dinero es la solución a los problemas.· Sota de Copas: la tentación de juzgar el valor de las personas (y de nosotros mismos) en función de sus éxitos y de sus triunfos en la vida.
· Caballo de Bastos: la tentación de ir por la vida imponiendo a los demás nuestras razones, nuestra manera de pensar o de entender las cosas.
· Rey de Espadas: la tentación de querer controlar y de conseguirlo todo a través e nuestra astucia, influencia, etc. como si todo dependiera de nosotros, sin dejar espacio a la acción de Dios en nuestra vida.
De nuevo, la ceniza nos recuerda la precariedad y la falta de sentido de nuestra vida cuando se vive alejada de Dios. Pero, ¡¡ánimo!! ¡¡Cristo ha resucitado!!

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