Con la proximidad de la Fiesta de San Antonio Abad, patrón de los animales y de nuestro colegio, bien está conocer esta conmovedora historia.
Los feligreses que asisten a la iglesia de Santa María de la Asunción en San Donaci, en Italia, reciben cada día una lección de amor y lealtad de un perro, Ciccio, un pastor alemán de 12 años, cuya dueña murió hace unos meses. Este perro visita todos los días la Iglesia a donde solía asistir con ella y donde fue su funeral. Allí permanece durante las Misas, esperando pacientemente su regreso.
Al principio de esta historia, Ciccio era un perro abandonado que vivía en un solar cercano a la casa de Maria Margherita Lochi, de 57 años de edad. Cuando lo encontró esta anciana amante de los animales, lo adoptó para que conviviese con varios gatos y perros que ya había acogido anteriormente. Pero su relación con Ciccio era muy especial.
Doña María iba todos los días a Misa en la iglesia de su localidad y el sacerdote le permitió siempre que entrase con Ciccio que esperaba pacientemente a sus pies.
Cuando la anciana murió, Ciccio estuvo acompañando a los seres queridos de doña María en su funeral. Y, desde entonces, Ciccio siempre regresa al lugar en que la vio por última vez, sin comprender que ella no va a volver. Así que, siempre a la misma hora, cuando suenan las campanas de la Iglesia llamando a los fieles para avisar de que va a comenzar la Misa, Ciccio acude, entra, y se sienta al lado del altar, en silencio, con la esperanza de ver a doña Maria regresar.
– “Él está allí cada vez que celebramos la Misa y se comporta muy bien, no hace ruido, no ladra”, dice el párroco Donato Panna. “Viene a misa todos los días. Incluso después del funeral de doña María, espera pacientemente al lado del altar y se sienta en silencio. No tengo corazón para sacarlo”.
En San Donaci quedaron tan impresionados con la lealtad de Ciccio, que todos los miembros de la parroquia decidieron adoptarlo y cuidarlo.
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